sábado, 19 de noviembre de 2011

Aprendí que nada es casualidad.

Aprendí que quien no te busca no te echa de menos, que el destino determina quien entra en tu vida, pero tu decides quien se queda, que la verdad duele solo una vez y la mentira cada vez que la recordamos, por eso valora a quien te valore y no trates como prioridad a quien te trate como opción.
Aprendí que lo queremos todo, no nos gusta tener una cosa y perder otra, pero lo cierto es que todo en esta vida consiste en eso: ganar perdiendo.
Aprendí que mirar no siempre es ver ni que escuchar es oír, ni lamentarse es sentir, ni acostumbrarse es querer, que cobardía no es paz, ni ser feliz sonreír y que peor que mentir es silenciar la verdad.

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