sábado, 24 de noviembre de 2012

Siempre hay una segunda vez, pero no siempre hay una segunda oportunidad


Miércoles, jueves...que mas da, siete y media de la mañana mientras recorro el camino de la vergüenza hacia casa  me pregunto tantas cosas. ¿Cuanto somos capaces de aguantar?¿Por que repetimos siempre las mismas historias?¿Por que alargamos situaciones que sabemos perfectamente no van a ninguna parte?¿Realmente compensa? Y es ahí cuando te mientes y recuerdas cosas que jurabas haber olvidado y continuas reviviendo la misma situación que ya habías superado. Si,  empiezas de nuevo, pero sabes que obtendrás el mismo resultado. No quieres repetir el pasado, pero lo haces, haces exactamente lo mismo, sigues callando lo mismo, sigues escondiendo lo mismo...
La memoria es nuestra mejor amiga y nuestra peor aliada. Nos permite aferrarnos a recuerdos que jamás existieron, al menos como nos los contamos a nosotros mismos. Y predispone nuestros estados de ánimo, sin considerar siquiera la posibilidad de tratar de ser objetivos. Aún recuerdo un par de frases especialmente hirientes, pero...Cuando queremos herirnos, nos volvemos creativos.
Por eso, aún sin pararme a pensar realmente en ello, inconscientemente espero acabar discutiendo y canalizar así mi dolor.
Me prometí que no pasaría nada entre nosotros, pero la promesa se rompe y muere entre suspiros y miradas furtivas. No me gusta verme así, pero al menos hoy me acompaña alguien que sabe cómo rescatarme de ese sentimiento. Por eso vuelvo, y justo por eso...Toda historia necesita villanos, nuestra simpatía es arbitraria. Creemos que fue un final feliz sólo porque deseamos verlo así.  Nuestra historia quizás sí tenga un villano, pero no el que pensamos. Podemos decirnos que las cosas no son así, que no podemos etiquetarla como "la mala" sólo por seguir los impulsos de su corazón. Pero, ¿seguiríamos pensando lo mismo si hubiera actuado al revés? Vemos lo que queremos ver, y cualquiera desde fuera brinda soluciones pero no todos sabemos tomar decisiones. Somos un tribunal sesgado que siempre absuelve a quien le agrada y condena al resto. Damos categoría de villanos a todos aquellos que no nos gustan desde nuestro pedestal, ese en el que nadie nos puso, ese del que rara vez nos bajamos. Y comprendemos que la verdad debería ser como la mentira, fácil de decir y claro, te piden perdón, te dicen que cambiaron y en realidad son las mismas personas con deferentes mentiras y sí, los limites los marcas tú, pero....¿donde esta la diferencia entre capricho y pasión?

Porque la mente es traicionera, y exagera o quita importancia a las cosas movida por nuestros deseos inconscientes.
Hace tiempo que intenté dejar de saber de ti, hay batallas que solo se ganan dejando de luchar, hace tiempo que también lo dejé por parecerme demasiado imposible; como el fumar. Y no es que te disfrute mucho; a pesar de eso, puedo sin ti; tú me enseñaste, y no se por que no sé retirarme. Por otra parte, siempre supe ­­–supongo que porque lo dejaste claro desde el principio que no era una mujer que busca un príncipe que la baje de su torre, qué va. Aún me acuerdo de aquella última lección que me diste, no había mujer más sabia que la peor tratada por la vida. Esa que probablemente haya protagonizado en múltiples ocasiones algún –o varios– afortunados y desagradecidos nombres masculinos. Mujeres de faldas cortas y sucio corazón, jugar al amor hasta que se queme Roma de tanto usarlo, o buscar los caminos recorriendo mil cremalleras...Suspiré, y no sé si en ese momento se puso en marcha mi corazón, pero fuese como fuese me sentí profundamente aliviada y tras darme cuenta de que mis dudas no llegaban a ninguna certidumbre; decidí dejarme llevar.....en el fondo esperando algo de mí, sabiendo que eres de esos que jamás han valorado a una mujer hasta que una de ellas, quizá sin quererlo, te desabrochó la camisa y se coló en un corazón que estaba tan vacío como lleno de cosas sin valor. 
Dejé de creer en los hombres hace ya mucho...Pero…tengo miedo, todos tenemos miedo, sin duda, llámalo pánico, vértigo, cobardía… El miedo es de valientes, y yo ya no sé cómo seguir.
El sentía lo que yo, o lo había sentido, o qué más da; el caso es que la tristeza que reflejaba mi mirada ya la había visto … Quizá en aquella ocasión en la que decidí que quererte no me traería mas que problemas y por eso espero que me mandes a  la mierda. Sí, soy una cobarde una vez más por no saber decir algunas cosas
, o porque se  más de ti que tú mismo. Por que es peor el miedo a sufrir que el propio sufrimiento, por que es mas sencillo no actuar que comprender que es mejor saber que preguntarse, que despertar es mejor que dormir y que fracasar o cometer un error enorme es mucho mejor que no haberlo intentado.

e   Me dio miedo que seas más fuerte que yo… Y, simplemente, no quiero seguir en tierra de nadie. No quiero seguir mintiendo, huyendo, escondiendo, quizá porque ya he estado ahí....Quería enseñarle que había vida mucho más allá de lo que hasta entonces nos rodeaba; que ese lugar estancado dolía, llegando a partirme en dos…Pero se que se duplicaría lo malo y te agobiaría, así que...Escapé de mi misma dejando atrás el corazón y mi anestesia...¿Queréis saber una cosa?  lo normal no nos gusta, por mucho que estemos acostumbrados a ello. La rutina jamás nos absorberá mejor que unos labios dispuestos a susurrarnos un ‘te quiero’ cuando menos lo esperemos y más falta nos haga… Por eso es mejor el caos; aunque se finja, aunque nos dure poco: siempre es mejor equivocarse intentándolo que dejándolo de hacer porque, al fin y al cabo, ¿Para qué quiero un corazón si nadie viene a romperlo cuidadosamente de vez en cuando?


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